No es cosa de misterio de que el panorama televisivo
yace en los estercoleros del detritus humano. No es menester que se plasme
algunos ejemplos para saber a lo que nos referimos pero con uno,tan solo
bastara, para que sepáis, los mas confusos, de lo que vengo a hablar hoy.
Me encontraba deambulando el otro día por mi
casa, acomodándome en mi sillón de confianza y practicando el deporte nacional por
excelencia con nombre extranjero (Zappeando). De esto hace ya bastante tiempo
ya, lo que pasa que utilizo esa medida de tiempo (El otro día) para referirme
para acontecimientos comprendidos entre ayer y hace 10 años.
En la caja boba no había nada interesante en la
franja horaria en la cual me encontraba. De repente, preso de haber perdido la noción
del tiempo, me di cuenta que me encontraba en TELECINCO
( Zusto,zusto) por el programa que los patrocinadores
daban paso después de anunciar sus productos.
El programa no era otro que SUPERVIVIENTES. Me puse nervioso. No sabía
cómo había llegado hasta ahí pero a lo hecho pecho, aun no era demasiado tarde
para cambiar de canal y empezar una vida nueva.
El mando optó por hacer huelga de botones caídos
y dejar de funcionar. La cabecera del programa hacia acto de presencia. Ya estaba
mostrando los principales indicios de subnormalidad cuando, en vez de cambia
las pilas, golpeaba el mando como cuando el Homo
Erectus golpeaba los huesos en Odisea
en el Espacio.
Mi famosa paciencia empezó a descender en caída
libre mientras que picores de todo tipo me invadían, desde la espalda hasta la
rabadilla de Krauser (El culo)
Es relevante que la televisión y el sillón estaba
separados por un escaso metro noventa pero si nuestros compatriotas chinos,
japoneses y coreanos invirtieron miles de millones en tecnología punta, hay que
darle uso si o si. Levantarse a cambiar de canal es una frase que va precedida
de colores en blanco y negro.
“No se vayan todavía,
aun hay mas” como
dijo tantas veces Super Ratón, fue lo que pensé al ver a Jorge Javier Vázquez
dando la Bienvenida a los espectadores del programa. Jure y perjure que el
mando iba a volar por la ventana si insistía en su tozuda negativa de no
funcionar.
Golpe tras golpes y pulsando todos los
botones como un esquizofrénico con un bollicao, el único que seguía en pleno
uso de sus funciones era el de elevar el volumen del aparato. “Tímpanos reventados y estupidez irreversible
con un babeo puntual de lunes a domingo”. Ese iba a ser el diagnostico que el médico
forense daría a mi pobre madre cuando encontraran mi cuerpo.
Todo estaba perdido y mi escasa dignidad hizo
que me propusiera a levantarme y volver a los años 60 para cambiar de canal.
Una costumbre no practicable en mi casa desde que paso algo parecido, otra vez,
con el mando pero en vez de Telecinco el canal era la Taquilla X.
Mis piernas crujieron al estirarse, estaba
listo para caminar hasta el fuego que calentaba mi casa, la televisión. Cuando
mi dedo hizo contacto con el botón y estaba dispuesto a presionarlo, el
presentador dio paso a la isla para hablar con alguien en concreto.
Se hacía llamar: “LA PELOPONY”
Y ahí estaba yo. De pie, con la boca abierta
y los ojos como platos mayoneseros al ver la chica que se ocultaba detrás de
ese seudónimo.
“Me iba a ir,
ahora me quedo”
fue lo que pensé. No por ser adicto al sado sino que quería creerme lo que mis
ojos no daban crédito. Acto seguido
investigue el tema, más de cerca y aquí estoy.
Ah, por cierto, estoy tan solo ha sido un
epilogo.
-Coge
silicona de la mejor calidad que encuentres. Échalo a una batidora.
-Introduce 30 gramos de muñeca Barbi.
-Extensiones rubio pollo.
-Canijazo del 15
-Rinoplastias.
-La escopeta maquilladora de Homer Simpsons.
-Dale a batir y mientras lo hace, introduce
un habla que alterne un B1 de inglés “Magic English” y un español nativo que
aun le persigue el suspenso, en lengua, de cuarto de la ESO.
-Déjalo reposa un minuto y ahí tienes a nuestra
protagonista del blog de hoy. Bon appetit.
Durante mi exhaustiva investigación lo pase
canutas para encontrar información alguna sobre “ella”. Tengo entendido que
SUPERVIVIENTES era antiguamente conocido como “la isla de los famosos” por
tanto para que el formato funcionara debías de ser una celebridad en un
determinado campo pero para mí que esta “chica” no era conocida ni donde era
asidua a comprar el pan.
Más tarde, me entere de que era cantante. Si,
el panorama televisivo esta tan hecho polvo como el musical pero oye, la chica
le pone empeño y cariño a las cosas que hacen. También Hitler pondría empeño en
lo que hacía y no se le recuerda, precisamente, por ser un modelo en la
consecuencia de su sueño.
Hay un programa de becas que TELECINCO ha
sacado. Las Becas “Sandovalizate” brindan
una pequeña oportunidad a aquellos que sin ser cantantes quieren triunfar en
ese mundo lanzando un sencillo de una sola canción. El handicap que existe es
que la mayoría de los usurarios de estas becas cantan menos que la gaviota de
la “Sirenita”
Pero esto ya es arena de otro costal, quizás le
dedique unas líneas en un futuro en este blog, pero unas pocas nada más.
Picado por el bichito de la curiosidad desde
pequeño quise saber de qué género eran los temas musicales de la susodicha. No
hay ni una vez que no me cague en los muertos del condenado bicho que le dio
por poner sus huevos en mi interior.
Aquí os dejo unos enlaces para que vosotros
mismos veáis el calibre de tal despliegue de medios. Personalmente, me quedo
con los momentos interpretativos antes de que la música empiece a sonar. Tengo entendido
que tiene dos nominaciones a unos premios (No se cuales), cada videoclip, por
actores y actrices revelaciones y por la fotografía que rivaliza con los planos
de las películas porno de Torbe.
Si sois valientes y aguantáis hasta el final,
entráis en el sorteo de una reconstrucción de bulbo raquídeo. “¡Aquí no ha
pasao na!”
Bueno, voy a formatear el ordenador que me han entrado no se cuantos virus por buscaros los enlaces y la foto...mierdas
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