sábado, 22 de octubre de 2016

SINOPSIS COJONERAS: " 101 dálmatas"



Mientras las gotas de lluvia chocan en el cristal de mi ventana, me pongo con esta publicación tras haber cumplido con mis obligaciones académicas (Y demasiadas explicaciones os estoy dando). Me pasare un sábado ansiado encerrado por culpa de las adversidades meteorológicas, como un animal.

Y hablando de animales, os traigo una Sinopsis que versa sobre animales. Unos cuantos, para ser más exactos.

La historia trascurre en el Londres antiguo (del de los relojes de bolsillo dentro del bolsillo de la chaquetilla y gafas sin patillas, atornilladas en el tabique de la napia)  donde un señor que se prepara las oposiciones de músico a media jornada, vive con un perro dálmata, cuyo nombre es el presente del indicativo, de la primera persona del singular del verbo “poner”.

El perro, cansado de vivir en la soltería, sale una mañana con su dueño a buscar un chochete perenne. Ya sabéis, uno de esos con el que envejecer y tener retoños.
El flechazo se produce con una señorita que paseaba con otro dálmata de nombre “Perdi” Ósea, el flechazo fue entre el hombre con la señorita y el perro con la perra. ¡Que estáis enfermos!

Pasan los meses y la perra se queda en estado y da a luz a 15 criaturas angelicales carentes de machas de boli bic. La cuestión es que una amiga/conocida/genocida  de la dueña quiere comprar a los perros para hacerse un “Chemilacó” con la piel de los mismos. A pesar de ser una mujer que había quedado primera en el concurso de “mis Anemia” S. IX y que con un calcetín bien “estirao” ya estaba abrigada para todo el  invierno, se secuestra otros 84 cachorros de dálmatas, para tener 99 en total, y hacerse un abrigo que pueda cubrir al mismísimo “Porruo” después de unas navidades. Lógica Disney.
Obviamente los dueños le dicen: “Que por aquí” y rehúsan venderle los perretes. La canija, no acepta ese “no” por respuesta así que planea robárselos para siempre.

Para tal trabajo contrata a dos hurtadores a domicilio, uno delgado y otro gordo. El primero con nombre de Rey mago y el otro de contable Cancunes.

Cuándo los 15 descendientes de la familia perruna son secuestrados, movilizan a todos los animales de Londres, incluyendo ciudad y campo

Hay un gato con rango de sargento, ascendido recientemente, un caballo capitán y un perro de agua inglés, veterano de la “Guerra del Moquillo” con rango de coronel. Este “trió granja” son los encargados de llevar a cabo una operación de rescate de los 99 perros que se encuentran en una antigua mansión.

Es una película manda un mensaje de amor hacia la familia, al igual que plasma lo importante que es una buena castración a tiempo. Te recomiendo la película a pesar de tener ciertas escenas que incitan al odio y a llevar a cabo un genocidio en un establo de vacas “marujas”

Cuando los 101 perros retornan al hogar familiar, con más mierda que el dormitorio de un pavo, los amos comienzan a contar uno por uno para ver cuantos se han colado en casa. La mujer, confusa pregunta de dónde han salido tantos, a lo que su marido mira a su perro y le dice:
-¡Je, que cabrón! No te lo has pasado tu bien ni ná…

Lejos de empezar a largar perro a las protectoras, sonríen y dicen.

¡PUES NOS COMPRAMOS UNA CASA MAS GRANDE, QUE DIANTRES!

Nuevamente, la magia de Disney y la ascensión del ser humano a los más altos altares de humanidad se hacen presente, ya que la dura realidad es que si yo, en mi juventud, me hubiera colado en mi casa con un perro callejero, va al carajo el perro y va al carajo el que os escribe.






domingo, 16 de octubre de 2016

SINOPSIS COJONERAS: "Goofy e Hijo"


¡Muy buenas bienmesabes!, ¿Me echabais de menos? Yo a vosotros si, y por ende me veo aquí dándole al tecleo para ver si así cesan las amenazas de muerte, en su tozuda insistencia de que vuelva a hacer lo que hago cada Domingo.

Bromas aparte y no dándole un mayor protagonismo a las excusas, he estado más justo que el pulgar de Fernando Romay en la nariz de un infante sietemesino, por motivos que son obvios para todo estudiante que se aprecie.

Como prometí, os traigo la película con la que cerré mi última entrada y esta no es otra que: “Goofy e hijo”

Bueno, la cosa empieza con el hijo del “paletas” teniendo un sueño húmedo con la chavalina que le pone tontorrón en clase, debiendo taparse con el libro de física la zona inguinal si tiene que salir a la pizarra a resolver un ejercicio. Justo cuando le va a remover la “garbanzada” a la chica en el sueño, entra en ese maravilloso mundo llamado pubertad aunque de una manera un poco oligofrénica y que me recuerda mucho a los efectos que ocasiona el garrafón en un Fin de año.

El muchachito despierta empapado en sudor y tras comprobar  que todas sus extremidades no son amorfas, se tranquiliza e intenta volver al ronca que te ronca.Debido a que se había quedado dormido y llegaba tarde al “tuto” no podía volverse a dormir y rematar la faena con la “piqui” que le esperaba en el subconsciente.

A esto que el padre entra en la habitación y no es otro que Goofy. Pero no aparece con la indumentaria a la que nos tiene acostumbrado a todo mocito y mocita del 86 para arriba, no. (Tendréis que ver la película) La preocupación de su hijo de llegar tarde al colegio se ver mermada cuando la eclipsa otra preocupación mayor: Que los vecinos no vean al padre con esas pintas con las que se ha colado en el cuarto.

Durante una escena típica de “Grease”, en el que todos los vecinos del barrio se marcan una coreografía, totalmente improvisada por la parte del escroto segoviano, el muchacho llega al “cole” y se reúne con sus amigos: Un individuo con obesidad 1 y con problemas de seguridad en sí mismo, y otro, pelirrojo con peinado mohicano, adicto al queso Sheddar en spray.

La cuestión es que estos tres “prendas” la lían leopardo en el salón de actos con la actuación de una flagrante imitación de Michael Jackson, en un intento de sorprender a la chiquilla que le gusta al prota. El director llama a Goofy y le dice que su retoño esta con un píe en “Guantamo” donde solo va a recibir “Guantá na má” Claro que el padre al oír eso piensa que su hijo se ha colado con una fusil de asalto en el instituto y se ha llevado a todo el mundo por delante, pero al no preguntar dejo que el pensamiento de haber fracasado como padre le inundara hasta el gañote.

En un intento por salvar a su hijo de las palizas nocturnas por funcionarios de penitenciarias, el jabón constante caído en las duchas, las comidas de tetrabrik…decide que es bueno llevárselo, en contra de su voluntad, a pescar a un lago que esta a tomar por culo de la civilización y así, poder desintoxicarlo de esa vida delictiva que lleva. El problema es que al chavalín, después de su actuación, los “pussys” le llueven del cielo, así que no tiene muchas ganas de irse muy lejos ya que, posiblemente, iba a acabar haciendo ricos a los de “Durex”
Después de haber sido maniatado en el coche, se ponen en marcha y llegan a un poblado para hacer un descanso y retomar el viaje con fuerzas. Por suerte hacían un espectáculo “para toda la familia” y Goofy pensó que era buena idea ir a verlo.

El show, para que me entendáis, era el típico que puede surgir de mentes colapsadas por haber practicado durante siglos la endogamia y con un fetiche muy pronunciado hacia un marsupial en concreto; la zarigüeya. Era un espectáculo de marionetas robóticas y parecían haber sido fabricadas en la mismas fraguas del infierno por un electricista que no acabo ni siquiera la FP.

El niño se cabrea con el padre y jura meterlo en el peor asilo del mundo el día de mañana, de esos que ponen “Diacepan” caducado y atan a los ancianos a la cama cuando se ponen pesados porque quieren ir a renovar la cartilla.

Tras haber vivido una experiencia cercana a la muerte con un “Big Foot” fan de los “Bee Gees” la relación entre padre e hijo va mejorando durante el viaje y a partir de ahí es como digo siempre, si parpadeas te lo pierdes.

Es una gran película, repleta de detalles, amor, odio hacia un padre irresponsable, monjas viajeras y muchas cosas más. Te la recomiendo no solo por ser el primer largometraje animado de uno de los personajes más carismáticos y famosos de Disney, sino también porque, en una escena, al finalizar el “Freak Show”, hay un sujeto dentro de un disfraz enorme de zarigüeya, simulando un Disney Word casposo y zafio, el cual regala abrazos a los viandantes que se habían dignado a asistir a ese espectáculo. Para mí, es el peso pesado de la película sin duda alguna, muy seguido, me atrevo añadir, de ese “Big Foot” bailando el “Stay Alive”. MUY TOP.

Adjunto a estas líneas, una foto del curriculum vitae del autónomo en cuestión.