Mientras
las gotas de lluvia chocan en el cristal de mi ventana, me pongo con esta publicación tras haber cumplido con mis obligaciones académicas (Y demasiadas explicaciones os estoy dando).
Me pasare un sábado ansiado encerrado por culpa de las adversidades meteorológicas,
como un animal.
Y
hablando de animales, os traigo una Sinopsis que versa sobre animales. Unos
cuantos, para ser más exactos.
La
historia trascurre en el Londres antiguo (del de los relojes de bolsillo dentro
del bolsillo de la chaquetilla y gafas sin patillas, atornilladas en el tabique
de la napia) donde un señor que se prepara
las oposiciones de músico a media jornada, vive con un perro dálmata, cuyo
nombre es el presente del indicativo, de la primera persona del singular del
verbo “poner”.
El
perro, cansado de vivir en la soltería, sale una mañana con su dueño a buscar un
chochete perenne. Ya sabéis, uno de esos con el que envejecer y tener retoños.
El
flechazo se produce con una señorita que paseaba con otro dálmata de nombre “Perdi”
Ósea, el flechazo fue entre el hombre con la señorita y el perro con la perra. ¡Que
estáis enfermos!
Pasan
los meses y la perra se queda en estado y da a luz a 15 criaturas angelicales
carentes de machas de boli bic. La cuestión es que una amiga/conocida/genocida de la dueña quiere comprar a los perros para
hacerse un “Chemilacó” con la piel de los mismos. A pesar de ser una mujer que
había quedado primera en el concurso de “mis Anemia” S. IX y que con un calcetín
bien “estirao” ya estaba abrigada para todo el invierno, se secuestra otros 84 cachorros de dálmatas,
para tener 99 en total, y hacerse un abrigo que pueda cubrir al mismísimo “Porruo”
después de unas navidades. Lógica Disney.
Obviamente
los dueños le dicen: “Que por aquí” y rehúsan venderle los perretes. La canija,
no acepta ese “no” por respuesta así que planea robárselos para siempre.
Para
tal trabajo contrata a dos hurtadores a domicilio, uno delgado y otro gordo. El
primero con nombre de Rey mago y el otro de contable Cancunes.
Cuándo
los 15 descendientes de la familia perruna son secuestrados, movilizan a todos
los animales de Londres, incluyendo ciudad y campo
Hay un
gato con rango de sargento, ascendido recientemente, un caballo capitán y un
perro de agua inglés, veterano de la “Guerra del Moquillo” con rango de coronel.
Este “trió granja” son los encargados de llevar a cabo una operación de rescate
de los 99 perros que se encuentran en una antigua mansión.
Es una película
manda un mensaje de amor hacia la familia, al igual que plasma lo importante
que es una buena castración a tiempo. Te recomiendo la película a pesar de
tener ciertas escenas que incitan al odio y a llevar a cabo un genocidio en un
establo de vacas “marujas”
Cuando los
101 perros retornan al hogar familiar, con más mierda que el dormitorio de un
pavo, los amos comienzan a contar uno por uno para ver cuantos se han colado en
casa. La mujer, confusa pregunta de dónde han salido tantos, a lo que su marido
mira a su perro y le dice:
-¡Je,
que cabrón! No te lo has pasado tu bien ni ná…
Lejos
de empezar a largar perro a las protectoras, sonríen y dicen.
¡PUES
NOS COMPRAMOS UNA CASA MAS GRANDE, QUE DIANTRES!
Nuevamente,
la magia de Disney y la ascensión del ser humano a los más altos altares de
humanidad se hacen presente, ya que la dura realidad es que si yo, en mi
juventud, me hubiera colado en mi casa con un perro callejero, va al carajo el
perro y va al carajo el que os escribe.
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