Como
estas fechas navideñas han sido fiestas, pestiños, kilos de más… he tenido a este
humilde Blog abandonado en el más absoluto olvido, a pesar de estar cumpliendo
su primer añito de vida por estas fechas de blanca navidad.
La película
que os traigo hoy, es una que va acorde con estas fiestas pasadas, porque hoy, día
8 de Enero, ya no queda ningún resquicio de festividad de la epifanía por la
calle, todos los arboles se han retirado y los portales de belén dicen “Hasta
el año que viene ,bamburrianes”
La película
comienza con una cámara introduciéndose en los profundo de un abedul mustio,
llegando a parar a un lugar donde los aldeanos parecen estar peleados con
Endesa e Iberdrola, porque todo está iluminado con antorchas. Los habitantes nativos del lugar parecen ser
colaboradores del “Salvame” después de una noche de fiesta. O también, durante
un día normal… ¡Son colaboradores de “Salvame”, punto! Monstruos del averno,
para que me entendáis.
Resulta
que el pueblo celebra el Halloween como su fiesta patronal, algo así como la del
toro “embolao”, el toro de la Vega o “el día del ganso” Si acaso, se echa de menos que tiren alguna cabra
por la torre del campanario, pero viendo dos o tres productos endogámicos por ahí
circulando a sus anchas, puedes imaginar que estas en alguno de los pueblos que
celebran las fiestas anteriormente nombradas, a modo de ejemplo.
Allí, el
alma de las fiestas es una especie de “Slender Man” que pasa más hambre que el
tagamoshi de un sordo. Lo llaman “el rey calabazas”, bien porque se disfraza de
espantapájaros en carnavales con un calabaza como mascara, o bien, porque era
un negado en el noble arte del cortejo femenino. No se sabe.
Hay un
alcalde que es bipolar, un científico en sillas de rueda que vive en un ático
sin ascensor, tres niños deformes que putean al personal y se tapan con mascaras
hechas a medida y un saco de mierda.
Después
de la verbena, el esqueleto (el protagonista) se pone a cantar una tonadilla en un cementerio donde tambien se cultibaban calabazas(Muy normal todo, si)mientras una muñeca System manca lo observa, en la oscuridad de
su vergüenza.
Después
de marcarse una taranta a lo Antonio Molina
y hablar con su perro fantasma, va al pueblo de al lado y secuestra a Papa Noel.
Porque si, porque puede.
Una vez
secuestrado el gordo barbudo, promocionador de Coca-Cola, es secuestrado, esta
vez, por el saco, el cual tiene intenciones poco cristianas. Yo diría que
incluso mefistofélicas. No sé que parafilias tienen todos en este pueblo con
San Nicolas.
El prota
se disfraza de su ex-rehen y empieza a repartir mierdas en lugar de lo que los
niños pedían en su carta a papa Noel. No se entiende muy bien porque lo hace, quizás
porque su concepto de belleza no es igual para aquellas personas que, a
diferencia de él, no están mal del coco.
Obviamente,
el intento de hacer bien el trabajo de papa Noel se va a la mierda porque todos
los niños, el día después de navidad, tuvieron que ir a psicólogos muy caros y
de renombre.
Triste
y devastado, se quiso zurrar la sardina sentado en una lapida del cementerio,
pero como era un esqueleto y no tenía ningún musculo que machacar, se puso a
cantar. Creedme, fue así.
La película
está dirigida por Tim “¿Qué coño te pasa con Johnny Deep?” Burton. Es una animación
en “stop motion”. Una técnica, que consiste en poner el maniquí en una posición,
fotografiar, volver a poner en otra, fotografiar y así hasta 100 mil veces para
tener cinco segundos de película. También se le conoce como la técnica” Si has
quedado con alguien, llámalo ahora para decirle que no vas”.
Te la
recomiendo que la veas pero no lo hagas la noche antes de navidad, ya que si
eres muy sugestionable, acabaras haciendo guardia, esa noche en vela, apuntando
con una escopeta a la chimenea por si alguien se le ocurriera bajar.
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