miércoles, 21 de marzo de 2018

SINOPSIS COJONERAS: "Gremlins"



Muy buenas bienmesabes ¿Qué tal?

Pero… sino es Domingo. ¿Cómo es que me digno a escribiros un miércoles profanando así la planificación de mi agenda? Pues es que, precisamente, este Domingo de ramos no tendré cerca un ordenador y me será imposible cumplir con mi cita. Así que aquí os dejo el deber cumplido y ya os lo administráis como podáis. Espero que os agrade la película que he escogido para vosotros: “Gremlins” joyita del 84 para ver con los mas pequeños de la casa y ser testigos de como cogen el trauma. ¡Pipi en la cama hasta los 48!

La película va de un chavalín que tiene 17 años y que trabaja en un banco actualizándole las cartillas a los viejetes del pueblo.

Tiene una novieta con  un trauma muy gordo con la navidad desde que su padre se rompió el pescuezo intentado hacer una performance vestido de papa Noel por la chimenea. Desde entonces, ni te felicita las fiestas ni se pone el misterio en su casa.

Su padre, una especie de Edison frustrado con sombrero panameño le regala para su cumpleaños un bicho adorable con la carita de Leticia Dolera. Como es una mascota del futuro made in barrio chino, hay una serie de normas a tener en cuenta para que subsista en el espacio y tiempo.

Tiene el gen Iniesta y no puede darle el sol porque si no se queda en el sitio y, ala,  a llorar. Además, no puedes bañarlo, por lo que siempre huele a como cuando te tiras un peo en un coche nuevo. Por último, debe de seguir una dieta de 0 carbohidratos a partir de las 12 de la noche sin dejar concretizado cuando puede desayunar.

Como el chico es muy autosuficiente y se queda con la copla con todo lo que le dicen, lo primero que hace es bañarlo como hace mi madre con los jerséis que se compra en el Stradivarius (“Vamos a darle un aguita que todavía huele a tienda” Hasta que no huela a Nori no es tuyo.)

Fruto de esa decisión, brotan de su cuerpo más criaturas. Estas, a diferencia de la inicial, tienen más maldad que un niño de la ESO con un profesor suplente un viernes a última hora.

Entonces comienzan a llorar porque tenían más hambre que comerse un ropero a pellizcos. El chavalín piensa que un poco de carne al toro no les hará daño y se los suelta con un mendruguito de pan duro del día anterior. Caso error. Al día siguiente, habían formado crisálidas putrefactas con el que hacen la mierda de las baldosas de los anuncios de Cillit Bang. Todos menos el bichito que le había regalado el padre porque tenía sus horas y era muy disciplinado.

A partir de aquí, los huevos eclosionan y salen de ahí la maldad de una noche de San Juan cuando la gordita de la pandilla esta cerca de la hoguera. Si existe un cielo y, por ende, existe un infierno, esas criaturas son los que te ponen el collar de flores dándote la bienvenida. A pesar de no producir bajas en toda la película (Bueno, una señora pero como es una zorra, causa risa que se escogorcie por la ventana) me recuerdan a los niños de mi barrio cuando les sueltas una botella de Almirante.

El prota y su novia deben de detenerlos antes de que presenten candidatura y la gente vaya a los colegios electorales a votar.

Te recomiendo la película porque es un compendio de despropósitos, encabezados por criaturas del averno que, más que intenciones psicopatológicas y antisociales, tan solo quieren ver al mundo arder entre putadillas varias y caos desmedido. Todo eso, amenizado con una BSO que recuerda a un cover del siglo XXI de la Danza Macabra  de Camille Saint-Saëns. Trufita sobre albaricoque.







domingo, 18 de marzo de 2018

SINOPSIS COJONERAS: "Shrek"



Muy buenas bienmesabes, ¿Qué tal?

Bueno, bueno, bueno, a este paso los jefes de sesión de las procesiones no van a tener cojones de encender ningún cirio. ¡Madre mía! Esto no es llover, esto es mala idea.
Pecha de agua estáis cogiendo para la plancha, como hacia mi madre antiguamente mientras escuchaba a Joaquín Sabina.

Me he tenido que pegar chocones para saber qué película os traía hoy y después de descartar dos borradores, me he decantado finalmente por una del niño que pesca congrios en la luna. ¡Cartoons again!

La película comienza con un ogro limpiándose el cerete con la página número 8 de un libro infantil donde la princesa salía sonriendo. Sonrisa nutella para toda la vida. Se presenta al protagonista de la historia cuyo nombre versa sobre la falta de frenillo en la lengua y la anestesia después de una ortodoncia. Va vestido como un mozo de cuadra dejándonos desconcertados de la existencia de los “Insides” en aquella época.

Después de que conociéramos cual es la repugnante rutina que sigue cada mañana, le pega un sustito a unos aldeanos camorristas y ala, para casa. Jornada laboral cumplida.

El bicho es muy celoso con la tranquilidad y el sosiego. Le gusta encender fuegos en la chimenea de su casa con cerillas y un buen eructo de carne al toro y que nadie profane su sancta sanctorum.

En el pueblo, por lo visto, los habitantes están cortitos de dinero, llegando incluso a hacer infusiones con un vinagrillo atado a una cuerda. Así que se ven obligados a tener que vender a sus mejores amigos los cuales resultan ser personajes de los cuentos de nuestra infancia (pinocho, los tres cerditos, campanilla, Malena Gracia…)

Hay un burro parlante que no me consta haber crecido con él pero resulta muy cargante, lo que me hace pensar que en verdad la dueña no lo vendía por necesidad sino porque estaba hasta la chochetada del rucio con genética a lo Jaime Ordoñez cuando habla rápido.

El animal agrícola consigue escaparse de ese mercadillo y se topa con el ogro. Lejos de salir escopeteado, se pega a él como el olor a mierda porque sabe que mientras permanezca a su lado nadie va a tener cojones ni de pedirle la hora.

Cuando llegan a la ciénaga donde habita el orejitas trompeta descubren que allí están viviendo todos los personajes de cuento porque han sido desahuciados de sus casas por orden de un tío que tiene que mirar hacia arriba para ver los charcos. Aquello era lo más parecido a un camping rastafari del festival Al rumbo y los mecheros ya estaban rulando.

El ogro decide acercarse al palacio del responsable de esa situacion para decirle que está haciendo las cosas regular y que rezara para que no se pusiera tonto, porque de la hostia se viene pegao a la mano.

Se nos presenta al antagonista de la película como un sádico que le gusta torturar  galletitas y tiene un cabezón que si fuera gamba todo seria para tirar. Está buscando novia a través del espejo descatalogado de la reina mala de Blancanieves.

Una vez que el ogro llega al pueblo donde el tirano cacique somete a sus inferiores a la tiranía cabezoide y le hacen el baile regional típico de allí, se cuela en una cruzada para establecer la correspondiente queja. La respuesta fue inmediata pero no la que quiso oír: “¡Matar a la bestia!”

No hay nada que no solucione una cervecita o 40 litros.

El cabeza cómoda llega a un acuerdo con el “verde que te quiero verde”. Si le trae a la princesa que ha elegido como esposa, la cual se encuentra en la torre más alta que abastece de WiFi todas las tierras yermas, le dejara su ciénaga vacía de okupas.

A partir de aquí la película toma connotaciones dispares tales como una princesa karateka, el amor imposible entre especie dispares y un secretito que no les cuento porque al final todo se sabe.

Te recomiendo la película porque a pesar de ser para niños tiene guiño para los más mayores de la casa y te dejas despollado un ratito gordo. Un lobo de género confuso y ratones ciegos hacen las delicias del respetable y os lo juro que es trufita sobre nata.

Os recomiendo la película pero vital que sea en VHS o DVD el medio de visualización ya que en los extras aparecen Robin Hood y su banda de bandoleros haciendo un cover del Y.M.C.A de los Villages Peoples. ¡Trufita!

Es el mejor plan para un domingo que está cayendo lo más grande en líquido transparente y no alcohólico. Mantita, shrek y acedias con limoncito.





domingo, 11 de marzo de 2018

SINOPSIS COJONERAS: "El Padrino"



Muy buenas, bienmesabes, ¿Qué tal?

Madre mía, la que está cayendo y todavía no se ha llenado ni la parte olímpica de los pantanos. Yo esta noche pensaba que el viento que Félix soplaba iba atravesar el papel de fumar que tengo por ventana y me iba a llevar a un mundo donde las nubes son philadelfia.

La película que os traigo hoy va de una cosa tan bonita como es la familia, salvo cuando tienes a un soplapollas como primo y la herencia de la abuela es para el último que quede en pie en un “No way out” La obra no es otra que “El padrino”

La película comienza con un empresario de pompas fúnebres en un despacho contándole a otro como le partieron la boca a su hija la noche de san Juan. Les pide que, por favor, den un sustitos a esos traviesos chicos que jugaron al “guacamole” con la mandíbula de su niña. El hombre acepta a cambio que el día de mañana le haga un 2X1 en corona y una lapida que pusiera: “No me ido, me han echado”

Hay una boda celebrándose fuera de ese despacho. Se casa la chica de la familia y todo el mundo va fino de “Tío Pepe” y cartón Don Simón mientras cantan canciones populares italianas más allá de la “Bella ciao” de los partisanos. Se van presentando a los personajes en un ambiente casposo y etílico.

Hay uno que es el que lleva la voz cantante, tiene un pronto muy malo (De soltar soplamocos que suenan como una abuela dando besos en el cachete húmedo de un nieto gordo) y se empotra a una dama de honor en una habitación mientras su mujer vigila a los niños en el castillo de bolas. Hay otro que es adoptado pero es abogado y graduado con honores aunque su 5 en derecho romano le perseguirá toda la vida. Uno que es un “pagafantas”, más tonto que peinar globos, la chica que se casa y otro que acaba de llegar de la instrucción de Cartagena de permiso por haber aprobado el examen de reales ordenanzas. Este último es el protagonista.

El patriarca, el señor que se encontraba en el despacho escuchando la historia de la chica con los dientes a la virulé, es el jefe de una familia mafiosa de Manhattan que le gusta meter cabezas de caballos en camas ajenas para que los que duermen en ella tenga un dulce despertar con olor a cuadra.

Hay muchas más familias por todo estados unidos y los domingos se reúnen para jugar a la lotería.

Una de esas familias le pide que entren en el mundo de los porrillos, la “blanca navidad” y “las hermanas Sandra” pero se rehúsa y a cambio obtuvo un “No pasa nada, otra vez será” en forma de siete tiros cuando las naranjas estaban de ofertas.  Sin rencores.

El protagonista les da matarile a los que orquestaron ese intento de asesinato contra su padre y tiene que poner tierra de por medio, dejando a su prometida en Estados Unidos. Se va a la toscana, con toda la pena de su corazón, y allí rehace con la facilidad pasmosa con la que se pela una vaina de chicharo. Una pueblerina muy mona del lugar pero que tiene menos dialogo que los figurantes de Aida.

A su hermano mayor, el colérico, lo asesina en un peaje. Yo sabía que el precio del mismo estaba caro pero esto es un bastinazo.

Entonces el hermano que anda haciendo quesos tiene que volver para tomar las riendas de su familia ya que su padre todavía se está recuperando del incidente en la frutería.

Es aquí cuando se empieza a liar la de “madre mía, si el bautizo es el lunes, no te preocupes que la resaca solo dura el fin de semana” Empiezan a caer todos los jefazo de las familias y puerto hurraco parece un encuentro de juventudes cofrades.


Te recomiendo la película por múltiples razones: no solo porque es una adaptación de la novela de Mario Puzzo por parte del gran Francis Ford Coppola, por la actuación impecable de Al Pacino, la majestuosa bestia interpretativa que es Marlon Brandon con algodones en la boca, la banda sonora... sino porque en una escena, el marido de la pequeña de la familia le pega a su mujer y el hermano mayor va a buscarlo para explicarle que no puede ir así por la vida. Pero de buen rollo. 








domingo, 4 de marzo de 2018

SINOPSIS COJONERAS: "La vida es bella"



Muy buenas, bienmesabes, ¿Qué tal?

Feliz domingo de lluvias torrenciales. Bueno, bueno, bueno…Alguien se ha lucido al enfadar no solo a Zeus y a Eolo sino también a Poseidón, porque están las playas más encabronadas que una novia cuando no le respondes en un segundo a “¿Quien es esa?”

Que mejor plan para el día del señor que quedarse en casa, servirse un paladín a la taza y ponerse los éxitos Neil Diamond de fondo. Con un poco de lectura, por supuesto.

La sinopsis que os traigo hoy es de una película italiana, aclamada por la crítica, ganadora de utres Óscars bien merecidos y de titulo semejante a lo que decimos cuando el dueño de un bar cierra el local con nosotros dentro: “La vida es bella”

La obra se divide en dos etapas porque es bastante larga. Dos etapas que yo las llamo: Etapa Pre-Coito y etapa Pos-coito.
Vayamos por parte para poder comprender con mayor facilidad el intríngulis de la historia.

Pre-coito

La película comienza con nuestro protagonista, un señor judío, con el carisma e intelecto de Antonio Ozores, que viste como Daniel Magan con un traje hecho con la tela de una hamaca del Leroy Merlin y tiene nombre de aplicación de Android (Guido). Conoce a una chica partisana en un pajal la cual precipitándose desde lo alto de este, aterriza sobre nuestro joven caballero (Con las enaguas subidas, cerdinos)  y lo que ha unido el veneno de avispa que no lo separe la madre tocapelotas.

Se encuentran en varias ocasiones y como decir “Buenos días” no es de influencer, la aborda con un sonoro “¡Buenos días, princesa!” en mitad de la plaza mayor o llevándosela por delante con una bicicleta robada.  Poco a poco la llama del amor se va encendiendo con el zippo del “¡Oh my god!”

El protagonista vive con su tío, un señor que tiene más clase que las fechas de caducidad en los paquetes de clínex y tiene un caballo que sufre de vandalismo cada dos por tres. Le pintan en el lomo del animal mensajes tales como “Caballo judío”  o “Viejo, no riegues las plantas por la ventana que cae el agua y la ropa me apesta a geranios”.

Era más más bien un buzón de quejas que mamífero de hipódromo.

El prota trabaja en el hotel de su tío como metre y tiene una rivalidad absurda con un cliente, un médico alemán que le suelta adivinanzas, sudándole la polla si esta en ese momento escanciando sidra o llevandole zurrapa a una mesa que había pedido desayuno mediterráneo. Debido a que Guido era un coco, le resolvía las adivinanzas con la facilidad con la que se rascaba los huevos. En cambio el médico le podía tomar, tranquilamente, 19 días y 500 noches.

Surge finalmente el amor entre la novicia absurda y el protagonista que va a la misma peluquería donde Juan Tamariz. Lo que pasa es que ella está comprometida con un señor que es un poquito de derechas (De esos que te levantan el bracito como si fuera la lanzadera del Dragon Khan). Guido le echa un par de huevos, bueno, uno solo y de avestruz, y le roba la novia a ese fascista montado en el caballo que lo habían dejado con el mismo color que el logo del “Spotify”

Post-coito

Después de escaparse con su amada en lomo de ese caballo carioca, hacen el amor en un invernadero y fruto de esa pasión con aromas a vinagrillos nace su primer hijo.

La II guerra mundial estalla y los nazis le piden a todos los ciudadanos judíos (Guido, su hijo y su tío entre otros) que les acompañen, que van a hacer una excursión en tren antes de que Renfe fuera inventado. ¿Cómo negarse?

Cuando llegan les esperan un resort de gritos, vejaciones y órdenes en un perfecto alemán, actividades terapéuticas y rehabilitalizante  como transportar yunques para los sketchs de “Tom y Jerry” y poco más.

Aquí la película toma un rumbo oscuro y se demuestra hasta dónde puede llegar la imaginación de un padre para hacerle creer a su hijo que el holocausto es parte de una especie de gran prix sádico pero que la sangre es de mentira, es sirope.

La película es trufita sobre panacota. Las películas europeas han eclipsado el panorama cinematográfico y cuando estrenan una nueva hay que acudir inmediatamente a videarlas porque rara vez te encuentras con una bazofia en super 8.  No se le dan la publicidad que se deberían y ya está bien de darle el protagonismo que no se merece a una lluvia torrencial de tiburones.

Te recomiendo la película porque te va a dejar con el ano haciendo chupona en el sillón y porque cuando no se tiene las respuestas a las preguntas que la vida nos hace, que mejor que preguntarle a la Virgen,¿no?

¡MARIA, LA LLAVE!