domingo, 4 de marzo de 2018

SINOPSIS COJONERAS: "La vida es bella"



Muy buenas, bienmesabes, ¿Qué tal?

Feliz domingo de lluvias torrenciales. Bueno, bueno, bueno…Alguien se ha lucido al enfadar no solo a Zeus y a Eolo sino también a Poseidón, porque están las playas más encabronadas que una novia cuando no le respondes en un segundo a “¿Quien es esa?”

Que mejor plan para el día del señor que quedarse en casa, servirse un paladín a la taza y ponerse los éxitos Neil Diamond de fondo. Con un poco de lectura, por supuesto.

La sinopsis que os traigo hoy es de una película italiana, aclamada por la crítica, ganadora de utres Óscars bien merecidos y de titulo semejante a lo que decimos cuando el dueño de un bar cierra el local con nosotros dentro: “La vida es bella”

La obra se divide en dos etapas porque es bastante larga. Dos etapas que yo las llamo: Etapa Pre-Coito y etapa Pos-coito.
Vayamos por parte para poder comprender con mayor facilidad el intríngulis de la historia.

Pre-coito

La película comienza con nuestro protagonista, un señor judío, con el carisma e intelecto de Antonio Ozores, que viste como Daniel Magan con un traje hecho con la tela de una hamaca del Leroy Merlin y tiene nombre de aplicación de Android (Guido). Conoce a una chica partisana en un pajal la cual precipitándose desde lo alto de este, aterriza sobre nuestro joven caballero (Con las enaguas subidas, cerdinos)  y lo que ha unido el veneno de avispa que no lo separe la madre tocapelotas.

Se encuentran en varias ocasiones y como decir “Buenos días” no es de influencer, la aborda con un sonoro “¡Buenos días, princesa!” en mitad de la plaza mayor o llevándosela por delante con una bicicleta robada.  Poco a poco la llama del amor se va encendiendo con el zippo del “¡Oh my god!”

El protagonista vive con su tío, un señor que tiene más clase que las fechas de caducidad en los paquetes de clínex y tiene un caballo que sufre de vandalismo cada dos por tres. Le pintan en el lomo del animal mensajes tales como “Caballo judío”  o “Viejo, no riegues las plantas por la ventana que cae el agua y la ropa me apesta a geranios”.

Era más más bien un buzón de quejas que mamífero de hipódromo.

El prota trabaja en el hotel de su tío como metre y tiene una rivalidad absurda con un cliente, un médico alemán que le suelta adivinanzas, sudándole la polla si esta en ese momento escanciando sidra o llevandole zurrapa a una mesa que había pedido desayuno mediterráneo. Debido a que Guido era un coco, le resolvía las adivinanzas con la facilidad con la que se rascaba los huevos. En cambio el médico le podía tomar, tranquilamente, 19 días y 500 noches.

Surge finalmente el amor entre la novicia absurda y el protagonista que va a la misma peluquería donde Juan Tamariz. Lo que pasa es que ella está comprometida con un señor que es un poquito de derechas (De esos que te levantan el bracito como si fuera la lanzadera del Dragon Khan). Guido le echa un par de huevos, bueno, uno solo y de avestruz, y le roba la novia a ese fascista montado en el caballo que lo habían dejado con el mismo color que el logo del “Spotify”

Post-coito

Después de escaparse con su amada en lomo de ese caballo carioca, hacen el amor en un invernadero y fruto de esa pasión con aromas a vinagrillos nace su primer hijo.

La II guerra mundial estalla y los nazis le piden a todos los ciudadanos judíos (Guido, su hijo y su tío entre otros) que les acompañen, que van a hacer una excursión en tren antes de que Renfe fuera inventado. ¿Cómo negarse?

Cuando llegan les esperan un resort de gritos, vejaciones y órdenes en un perfecto alemán, actividades terapéuticas y rehabilitalizante  como transportar yunques para los sketchs de “Tom y Jerry” y poco más.

Aquí la película toma un rumbo oscuro y se demuestra hasta dónde puede llegar la imaginación de un padre para hacerle creer a su hijo que el holocausto es parte de una especie de gran prix sádico pero que la sangre es de mentira, es sirope.

La película es trufita sobre panacota. Las películas europeas han eclipsado el panorama cinematográfico y cuando estrenan una nueva hay que acudir inmediatamente a videarlas porque rara vez te encuentras con una bazofia en super 8.  No se le dan la publicidad que se deberían y ya está bien de darle el protagonismo que no se merece a una lluvia torrencial de tiburones.

Te recomiendo la película porque te va a dejar con el ano haciendo chupona en el sillón y porque cuando no se tiene las respuestas a las preguntas que la vida nos hace, que mejor que preguntarle a la Virgen,¿no?

¡MARIA, LA LLAVE!


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