domingo, 11 de marzo de 2018

SINOPSIS COJONERAS: "El Padrino"



Muy buenas, bienmesabes, ¿Qué tal?

Madre mía, la que está cayendo y todavía no se ha llenado ni la parte olímpica de los pantanos. Yo esta noche pensaba que el viento que Félix soplaba iba atravesar el papel de fumar que tengo por ventana y me iba a llevar a un mundo donde las nubes son philadelfia.

La película que os traigo hoy va de una cosa tan bonita como es la familia, salvo cuando tienes a un soplapollas como primo y la herencia de la abuela es para el último que quede en pie en un “No way out” La obra no es otra que “El padrino”

La película comienza con un empresario de pompas fúnebres en un despacho contándole a otro como le partieron la boca a su hija la noche de san Juan. Les pide que, por favor, den un sustitos a esos traviesos chicos que jugaron al “guacamole” con la mandíbula de su niña. El hombre acepta a cambio que el día de mañana le haga un 2X1 en corona y una lapida que pusiera: “No me ido, me han echado”

Hay una boda celebrándose fuera de ese despacho. Se casa la chica de la familia y todo el mundo va fino de “Tío Pepe” y cartón Don Simón mientras cantan canciones populares italianas más allá de la “Bella ciao” de los partisanos. Se van presentando a los personajes en un ambiente casposo y etílico.

Hay uno que es el que lleva la voz cantante, tiene un pronto muy malo (De soltar soplamocos que suenan como una abuela dando besos en el cachete húmedo de un nieto gordo) y se empotra a una dama de honor en una habitación mientras su mujer vigila a los niños en el castillo de bolas. Hay otro que es adoptado pero es abogado y graduado con honores aunque su 5 en derecho romano le perseguirá toda la vida. Uno que es un “pagafantas”, más tonto que peinar globos, la chica que se casa y otro que acaba de llegar de la instrucción de Cartagena de permiso por haber aprobado el examen de reales ordenanzas. Este último es el protagonista.

El patriarca, el señor que se encontraba en el despacho escuchando la historia de la chica con los dientes a la virulé, es el jefe de una familia mafiosa de Manhattan que le gusta meter cabezas de caballos en camas ajenas para que los que duermen en ella tenga un dulce despertar con olor a cuadra.

Hay muchas más familias por todo estados unidos y los domingos se reúnen para jugar a la lotería.

Una de esas familias le pide que entren en el mundo de los porrillos, la “blanca navidad” y “las hermanas Sandra” pero se rehúsa y a cambio obtuvo un “No pasa nada, otra vez será” en forma de siete tiros cuando las naranjas estaban de ofertas.  Sin rencores.

El protagonista les da matarile a los que orquestaron ese intento de asesinato contra su padre y tiene que poner tierra de por medio, dejando a su prometida en Estados Unidos. Se va a la toscana, con toda la pena de su corazón, y allí rehace con la facilidad pasmosa con la que se pela una vaina de chicharo. Una pueblerina muy mona del lugar pero que tiene menos dialogo que los figurantes de Aida.

A su hermano mayor, el colérico, lo asesina en un peaje. Yo sabía que el precio del mismo estaba caro pero esto es un bastinazo.

Entonces el hermano que anda haciendo quesos tiene que volver para tomar las riendas de su familia ya que su padre todavía se está recuperando del incidente en la frutería.

Es aquí cuando se empieza a liar la de “madre mía, si el bautizo es el lunes, no te preocupes que la resaca solo dura el fin de semana” Empiezan a caer todos los jefazo de las familias y puerto hurraco parece un encuentro de juventudes cofrades.


Te recomiendo la película por múltiples razones: no solo porque es una adaptación de la novela de Mario Puzzo por parte del gran Francis Ford Coppola, por la actuación impecable de Al Pacino, la majestuosa bestia interpretativa que es Marlon Brandon con algodones en la boca, la banda sonora... sino porque en una escena, el marido de la pequeña de la familia le pega a su mujer y el hermano mayor va a buscarlo para explicarle que no puede ir así por la vida. Pero de buen rollo. 








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