domingo, 17 de junio de 2018

SINOPSIS COJONERAS: "Demolition Man"



Muy buenas Bienmesabes, ¿Qué tal?

Bueno, bueno, bueno…Dos semanas sin daros lectura del séptimo arte. ¡Vergüenza de mi!. Las obligaciones han sido imperiosas y bla, bla, bla… ¡como si os importara!
Da igual que diga que he estado ofreciendo mi plasma para aquellos que la necesitan o si he estado ocupado atrayendo a homeless a mi furgoneta con falsas promesas de caldos gallina blanca para sedarlos y vender sus órganos etílicos.
Da igual. Aquí lo que importa es vuestra dosis semanal. No queréis a nadie

La película comienza con John Spartan (Stallone) entrando en una fábrica abandonada, boina en la cabeza que eso da un cague que mete pánico y sabe que va a haber trompás de dejarte sentado con la cadera del revés. EL cometido: Rescatar a unos rehenes que están en manos de un Wesley Snapes totalmente distinto a lo que nos tiene acostumbrado en sus películas de Blade.

Rubio, ojos de distintos colores y un humor que rivaliza directamente con el carácter seco de Rocky. Simón Phoenix (Snapes) es sin duda uno de los villano más carismático que conozco, siempre y cuando escuches de fondo el “Sweet dream” de Eurythmics a la par que lo ves en escena.

La cuestión es que entre patadas, codazos, pelliscos de barberos…la fábrica acaba explotando porque alguien fumó sobre un charco de gasolina antes de que el de la limpieza hiciera el turno. Los rehenes se quedan dentro dando vueltas en el suelo como los Doner Kebaps. Se estaban quemando y murieron. Fue horrible pero más se perdió en Cuba y vinieron cantando.

Al terrorista lo condenan a la primera prisión criogenizada de la historia con la certeza que en el futuro cuando lo pongan en el fregadero para descongelarlo, como hace mi madre con las acedias que compra cuando hay un desove bueno en la plaza y tenemos pescado para tres meses, se haya rehabilitado con éxito.

A Spartan también lo condenan a la misma pena por su comportamiento temerario que costó la vida a toda una excursión a la granja escuela de un colegio de los Salesianos.

Salto temporal, pasan los lustros y con ellos los siglos. Nos encontramos en un futuro totalmente afeminado, cuyos locales del lugar no han visto una pelea irlandesa en un bar en su vida. Es más, no tienen ni idea lo que es un bar. La policía tiene menos trabajo que los protagonistas de la canción de “amigos” de Amaral. Van a trabajar porque pretenden amortizar el tiempo de estudio de unas oposiciones anodinas y más aburridas que  un botijo con un ábaco.

Ese futuro lo regenta un señor vestido con kimono y que contribuye a que los que quieren que la sociedad sea un concierto de los Leños, sigan en el subsuelo comiendo hamburguesas de ratas, cervezas calientes y más “deprorables comportamientos” en lugar de que puedan exportarlo a la superficie.

La cuestión es que toca darle el alta al Simón y este se escapa llevándose a unos pocos por delante, porque, digamos, se estaba haciendo pipí.  La policía no consigue detenerlo porque son más inútiles que la azafata de la “Ruleta de la suerte”. ¡Sabemos que las letras se giran solas!

Por tanto, deciden descongelar a Spartan para que le de caza al que es de su misma quinta.
Cuando lo sacan de la criomierda esa, descubre un futuro sin Malboro, sin alcohol, sin polvos sucios y desenfrenados y sin palabrotas después de un martillazo en el dedo gordo mientras intentabas poner un cuelga fácil para la orla de graduación del pequeño.

Cuando el poli se atavía con el uniforme de funcionariado 2.0 lo que viene a  partir de ahora son leches condesadas con puños, violaciones de estatuto de moralidad verbal a saco y tres conchas para el aseo intimo después de defecar. ¡El papel higiénico da gonorrea! No recuerdo si hay bidé en ese futuro “Hello kitty”

¿Qué hay más varonil que un señor que derrocha testosterona como el grifo de un patio de recreo y te hace calceta? ¡Ya os lo digo yo, nada!

La película es una de mis favoritas porque engloba las cuatro cosas que me apasionan del cine de los 80.
-Humor negro
-Acción Hollywoodiense
-Violencia gratuita.
-Gilipollas sufriendo los cuales no se han ganado la simpática del espectador.

Te recomienda esta maravillosa pieza, donde enfrenta dos pesos pesados de las películas de tirita y betadine,las cenas de gala en el "pizza hut" y los juegos de "Simon dice"





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