A lo
largo del Km 48 de la muralla china, los hunos y un señor que no es Atila,
deciden invadir china una noche a la fresca. Como consecuencia, el emperador
decide instaurar, de nuevo, el servicio militar para combatirlos y para darles
un oficio y formación a los Ni-Nis de la china feudal.
La “prota”
es una chinita que estaba estudiando para un examen final de COU. Para que
fuera deslumbrante al examen, la madre y sus amigas de la asociación del macramé,
le harinan la cara con maicena y la pintan con treinta y siete capa de pintura,
para que cuando estornude pinte una bicicleta. Luego, la sueltan en fila india
con otras cinco chinitas, luciendo, cada una, sus paraguas del “Desigual”
La pollito
agridulce suspende el examen y los padres se cogen un disgusto gordo, de querer
hacerse el Hara-Kiri con la nariz de Antonio Carmona. Como ella no quiere ser
ama de casa y ser co-propietaria de un 24 h, a la vez, se enrola en el ejército,
travestido de hombre.
Los
ancestros de su familia, mandan a Charmeleon,con la voz de Jose Mota, para
que rescate a la chica, ya que en aquella época, si pillaban un “chochete”
donde solo tenía que haber “pishitas”, la pena era la muerte para siempre.
Al
principio, la prota lo pasa putas durante la instrucción, llegando, incluso, a
plantearse el abandono. Una noche, le encomendaron recoger todo el campamento ya que estaba como
el dormitorio de un Tarranova con síndrome de Diógenes. Y así fue, recogió
hasta los cayos de los ciempiés, pero como para una mujer nunca nada está lo suficientemente
ordenado y limpio, recogió hasta una flecha que habían dejado los de “Robin
Hood” clavada en lo alto de un poste, la semana pasada, cuando estuvieron
grabando en ese mismo descampado. El teniente vio que los cojones de ese
recluta no tenían tamaño máximo. Por tener, no tenían ni existencia, pero él se
sugestiono y lo puso como ejemplo de virilidad y el buen hacer militar.
La chica,
en poco tiempo, llega a cabo primero, teniendo una compañía a su cargo. En la
misma, se encontraba reclutas como Angel Garó y Buda.
El malo
de la peli, es el armario de las “crónicas de Narnia”, con los ojos hundidos en
vodka caramelo y un bigote a la Fu-Man Chu. Lleva consigo un Halcón que le
sirve de Google Maps y una espada que forjó en un yunque “Torcio”, como se dice
en mi pueblo.
La película
es una llorera, donde el machismo falocentrista, occidental, aromatizado con wasabi
y de regalo una galletita de la fortuna con mensaje que ponga: ¡A Fregar!, esta
al orden del día. Muestra valores como el amor incondicional a un padre, así
como el noble arte de chorizarle el ajuar de batalla mientras esta de ansiolíticos
hasta las cejas.
Te la
recomiendo, es una película que merece la pena verla con ojos muy abiertos, a
diferencia
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