La
historia transcurre en una reserva del Serengueti, donde el rey de la selva ha
tenido un hijo mediante una “guarrerida” Africana con una de sus leonas de
confianza.
Un
mono, que tenía la cara con los colores del F.C Barcelona y el culo del Inter
de Milán, es el que oficia el bautismo. Después de bendecir al cachorro con una
calabaza que estaba de oferta en el Mercadona, se va al filo del balcón y se
marca un Michael Jackson. Se le llega haber caído y la película acaba ahí y el
mono no sale vivo.
Pero no
todo es alegría y“A bailá, a bailá , a
bailá , alegre Sevillana” Resulta que el hermano del rey de la selva, un
león con mas malas pinta que el yonki que te pide un euro para un “bocadillo”
,esta “encelao” porque la posibilidad de acceder al trono se ha visto truncada
con el nacimiento de su sobrino, Bola de pelo I.
El
cachorrete crece y el padre empieza a instruirlo para el día de mañana: Como
hacer una nomina, una declaración de hacienda, chipirones a la riojana… Como el
leoncete va a su puta bola, se acaba colando en un poblado chabolista, por un “no
hay cojones” junto con su novieta y el mayordomo del padre; un pájaro que según
mi libro de ornitología no formula por ningún lado.
Allí se
topan con tres hermanas hienas: Una con la voz de Whoopi Goldberg y tupé a lo
cloud de FFIX, otra con entradas y con mala hostia y la ultima que,
sinceramente, me da a mí la impresión que fue la que se quedo sin oxigeno
durante el parto. Debate abierto.
Claro, tus
sueltas dos cachorritos de león y un pájaro bien nutrios en ese barrio precario
y duran menos que los novios de Sonia Monroy.
Total,
intentan salir corriendo, se pierden, no lo consiguen, al pájaro lo bañan en
lava hirviendo…Bueno, bueno, bueno….un show, vamos.
Por
suerte, el padre del cachorrito aparece repartiendo “trompazos” a las hienas y
estas salen despavoridas, que no se arrancan ni a llorar.
A la
mañana siguiente, el Rey de la selva es arrollado por una manifestación de ñus,
los cuales se manifestaban, valga la redundancia, en contra de la subida del
pasto virgen y la caza indiscriminada de su especie para matar el gusanillo de
los carnívoros de la zona.
El
leoncito, se siente culpable porque piensa que la muerte de su papá ha podido
ser suya, debido a su tozuda insistencia para que le fuera a comprar bilbaínos de
chocolates para desayunar. A esto que se ve obligado a huir porque presiente
que la madre cuando se entere le va a dejar sin salir 4 meses y le va a quitar
la subscripción de PlayStation Store, ya que era un “leoncito rata” y estaba enviciado
al “call of zebra”
Durante
su exilio conoce a un suricato y a un jabalí, ambos insectívoros. El primero
con los dedos que parece que había estado rebañando tarros de Nocilla y el
segundo con problema de colitis, que cuando se iba por “bulerías” empiezas a
entender que respirar está completamente sobrevalorado. Debido a este hándicap,
no tiene muchos amigos y por las noches, en la soledad de su matorral, se
masturba usando sus propias lágrimas como lubricante. O no, que a lo mejor era
feliz.
Ambos
bichos le enseñan una palabra nueva al leoncito, que en suajili viene
significando: “Haz lo que te salga de la
punta del aba y al mundo que le vaya dando por culo, por la parte del asterisco
oblicuo.” No lo recuerdo muy bien, hace mucho que la vi pero creo que decía
algo así o parecido. Si acaso habré cambiado una palabra por otra.
EL
cachorrete se convierte en un señor león, con la misma melena Kétchup que tenia
el padre y un día, volviendo de fiesta, con un cebollón curioso, se encuentra
con el mono que asistió su bautizo y a base de palos en la frente le quita la
borrachera, haciéndole ver que debe de retornar a su casa y solicitar, por vía
administrativa, la tutela de su reino.
Total,
vuelve, y tras cansinos papeleos consigue tener audiencia con el actual rey,
que no es ni nada más ni nada menos que…(PAUSA PARA DAR MAS INTRIGA) ¡SU TIO!
Bueno,
bueno, bueno… aquí, vamos, aquí se lía la de Marcelino pan y vino y nos sobra
sangre para dar de beber a un “cotillón” de mosquitos.
La película
es una obra de arte hecha a manita. Excelente adaptación de la obra de
Shakespeare:”Hamlet”, con animalicos de todas las especies. Bueno, de todas las
especies que la diversidad africana nos brinda.
Te la
recomiendo mucho si eres fiel seguidor de valores como la amistad, el amor, la
fidelidad, la dieta mediterránea…pero sobre todo, por una una escena en el que
la situación está más tensa que las bragas de una virgen y el mono sacerdote se
lanza al vacio, comenzando a repartir tantas hostias como docenas de hienas
hay, con el palo con el que hizo el camino de Santiago en el 86.
Esa
escena es mítica y tiene un mensaje muy directo, aunque es de libre interpretación,
y que podría venir siendo este: “Sabes que estás jodido cuando en una pelea
entre bandas el equipo rival se trae a un babuino con un palo y hasta arriba de
farlopa”
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