La película empieza en un pueblo en el que todo el mundo da
los buenos días con un “Bonjour” ,lo que nos hace pensar que la historia
transcurre en alguna pedanía done los cruasanes están de oferta y las baguetes
sustituyen a las teleras.
Allí, una chavalita vestida como una camarera del “mercado
provenzal” va paseando mientras lee un libro. Esta juventud, siempre enganchada
a los versos de Lorca y Valle Inclán.
EL pueblo empieza cantar una canción poniendo verde a la
chica que va leyendo sin mirar por donde va y a ella parece ser que le viene
sudando el berberecho
El tonto, narcisista y único pueblerino que va al gimnasio
del pueblo está loco pelendengue por la chica que lee, asi que intentar llegar
a su corazón a su manera; haciendo énfasis de su tríceps mientras se mete con
su padre, el cual es un autónomo inventor venido a menos.
Resulta que el padre ha construido una maquina que corta
leña a una velocidad que riete tu de las maquinas que aparece en “así se hace”
y quiere exponerla en una feria que se celebra donde Cristo perdió el nike
muelle.
Como el GPS en esa época aun no estaba patentado del todo,
tan solo un burdo prototipo y aun no se había probado con humanos, se acaba
perdiendo en el bosque con un caballo greñudo.
Intentando escapar de una manada de lobos con muy malas
ideas, se acaba refugiando en un cortijo y allí pide al dueño del hogar que le
deje usar su teléfono, pero luego cae que el teléfono tampoco estaba muy
inventado así que se conforma con un platito de consomé y una tajá de melón.
El dueño de la casa, lejos de ser el icono que nos vende
Isabel Presyler sobre la hospitalidad, entra en cólera y se lo lleva en contra
de su voluntad.
La chica empieza a preocuparse por el padre y cuando el
caballo aparece , las dudas se disipan y deduce, ella solita, que el viejo le
ha tenido que pasar algo.
El caballo, con buena memoria, la lleva hasta donde dejo
abandonado a su suerte al anciano y llega hasta el cortijo que menciono líneas
arriba.
Allí encuentra al padre en una bodega metido y el señor de
la casa vuelve a hacer acto de presencia, más cabreado que antes, alegando que
su casa es el Coño de la Bernarda y que ya nadie usa el telefonillo.
Como la luz estaba cortada por impago, la chica no pudo
percatarse de que el anfitrión era el primo marrón del protagonista de
“Monstruos S.A” ,convertido por un maleficio por no comprarle una rosa a una
rumana en la feria. Cuando pudo darse cuenta de las "echuras" del
nota, le falto poco para entonar el “Hasta luego, Lucas”
Total, el bicho le ofrece un trueque: El viejo por ella.
Tonto, lo que se dice tonto, no era.
A partir de ahi la cosa se empieza a salir de madre y si
parpadeas te lo pierdes.
La película versa sobre el interés confrontado del burgo y
la nobleza y los efectos del síndrome de Estocolmo con un secuestrador que es
un Pomelanea de 800 kilos.
La película es una obra de Louvre. El inmobiliario está muy
bien conseguido y hay una escena en que un armario reparte más hostias que Bud
Spencer “encocao” y eso es lo que hace sentir especial.
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