domingo, 17 de enero de 2016

Para gusto, los colores.

No es ningún misterio que las mujeres nos llevan años luz de ventajas, tanto en raciocinio, madurez…Aunque siempre te encuentras alguna en el camino que te echa por la borda esta teoría. La mejor compañía, comen poco, huelen bien…

Entre sus habilidades se encuentra “El reconocimiento de cualquier tipo de color” digno para formular en su curriculum vitae. Yo, personalmente, no sé en qué momento de la vida adquirieron esa habilidad. Pensar que es un gen, únicamente, latente en las mujeres es algo que escapa de lo posible y roza lo inverosímil, pero existen teorías que pueden exponerse aquí, sin más vergüenza que el descojone que ellas mismas puedan provocar.  

¡¿Que cojones es eso de “Rosa palo”?!, ¡¿“Verde agua”?!, “BLANCO ROTO”…por favor…

No lo entiendo ¿vale? Es algo que escapa de mi subconsciente, consciente y de mi retina humana. Sera que jamás he sido un racista y si algo es blanco es blanco y no “BLANCO HUESO”

·         ¿Por qué  “ROSA PALO”? Los palos o varas pueden de ser de muchos colores. En qué momento los palos fueron creados con un color determinado. Recuerdo que cuando me portaba mal, mi padre siempre me decía. “Te voy a dar palos de todo los colores”

Casualmente el único color que veías, después de recibirlos, era el negro. ¡Ósea,      publicidad engañosa, papá!

·         ¡¿VERDE AGUA?! ¿Qué es eso? Mientras nosotros, los chicos, coloreábamos el mar, de un dibujo, de color azul, porque así el sistema nos lo había impuesto y nuestra propia concepción del espacio en que nos encontrábamos,también, la mujeres lo coloreaban de distintos matices, mezclando los colores básicos de los “plastidecors” ,obteniendo un nuevo producto. En ese momento, las monjas o profesoras se daban cuenta de que el “gen” de los colores estaba despertando. Era hora de estimularlo para que hiciera acto de presencia para siempre en ese cuerpo. Yo he ido a un colegio mixto y recuerdo que en ningún momento se nos separaron de las chicas y le enseñaban a estas, a puerta cerrada, poder diferenciar los colores que van más allá de la gama cromática básica.

Las madres, de buen seguro, tendrían algo que ver en sus casas. Lo que despertaba en el colegio, con un simple dibujo, las profesoras lo estimulaban y las madres lo perfeccionaban.
Si no es así, entonces, no me lo explico.

-Hijo, te voy a comprar una colcha nueva, porque esta no me gusta.
-Pero si está bien…
-Ya peor no me gusta.
-¿Pero te gusto cuando la compraste?
-Si…
-¿Qué pasa, te ha hecho algo?, ¿Ya no sois amigas?
-Es que esta muy vieja.
-La abuela también y no la vamos tirando, ¡cojones!
-¡Ay, niño!
-Vale, cómprala, pero voy yo contigo.
-¡¿Qué pasa, no te fías de mi gusto?!
-Mamá, la última vez me compraste una colcha roja más fea…
-No era roja, (Shhhh, atento con esto, CANELA EN RAMA) era “MARRÓN CAZUELA”
-Del mismo color que las cortina. Que cada vez que las echaba y daba el sol, la habitación parecía un plató de una peli porno.

·         “BLANCO HUESO” vale, puede entenderlo. El hueso tiene “mierdecilla” del cuerpo, por el contacto con músculos, cartílagos, colesterol... Además, hay que tener en cuenta que no nos abrimos, muy a menudo, las carnes para pasarle el “pronto” a los huesos. 

·         ¿BLANCO ROTO?  Cuando rompes algo, dice la leyenda, que pierde vida y se queda pálido por la parte de MIS COJONES en una piña colada, en mitad de la ribera maya.

Ósea…no. Esto es muy fuerte. ¿Veis por que escribo? Malditas mujeres…

Creíamos haber tenido suficiente con la invención del “MAGENTA”, que era un color  que simulaba el sirope de frambuesa o medicina anti-gripales, el “BEIGE” que era un blanco sucio. Era como si te hubieras liado a fumar cajetillas de “Malboro” día sí y día también, enfrente una sábana blanca impoluta. NO se si corresponde al "BLANCO HUESO". Estoy confuso.

 Estaba, también, el color mas codiciado de la caja de lápices de colores. Únicamente adquirible en la caja de veinticuatro y no en la de doce. Nadie sabe cuál es su nombre (Las mujeres, seguramente, si) pero nosotros, los chicos, le llamábamos, simplemente, el color “CARNE” y servía, para coloreas a tu papá y a tu mamá como personas de piel blanca, que estuvieran sanotes y tuvieran tendencias a veranear en Benidorm. Si veraneaban todo el año, con apretar mas fuerte de lo normal, al colorear, con ese color,valga la redundancia, adquirían un bronceado envidiable.

Dependiendo de la procedencia de cada uno, el nombre de “CARNE” puede variar por otro.
Estaba, también, el “DORADO”. Que todo lo que acabaras pintando con él , parecía que  había salido de Chueca.

Soy hombre, no tengo un abanico de colores para poder hablar aquí con total libertad y poder sentirme cómodo mientras lo hago. He podido apuntar unos pocos, y recogerlos aquí con una breve explicación personal que roza la histeria.
Vivimos en “Mátrix”. Estamos engañados. Mientras vemos el color de algo simple que parece un rojo, por ejemplo, una mujer, con su radar, ya ha sacado una gama analizable y disponible, encajando el color visualizado en el que corresponda.

Ojala tuvieran ese ojo clínico a la hora de fijarse en un buen chico y no en el gilipollas de turno o saber que no podemos avisar y disfrutar, a la vez, de una felación.
Pero eso, ya, es arena de otro costal.






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